Cuando se organiza un gran evento, de esos a los que acuden miles de personas en un mismo día (ya sea un concierto de un célebre artista multinacional o una gran Japan Weekend o Salón Manga), todos piensan, automáticamente, en la cantidad de actividades que van a organizarse. Juegos, horas y horas de concierto… Sea cual sea la actividad que vaya a realizarse, todos nos llevamos las manos a la cabeza y entran en euforia. Y esto sucede porque todos estamos deseando de pasarlo bien, rodeados de miles de personas que comparten los mismos gustos que nosotros.
Pocas personas (por no decir ninguna) piensa, cuando acude a alguno de estos eventos, en su estos están correctamente adecuados a situaciones de emergencia real.
¿Actividad recreativa o espectáculo público?
Cuando hablamos de eventos, tenemos que saber exactamente de qué estamos hablando. ¿Sabías que existe un decreto, el 44/2014, de 25 de marzo, que es la normativa que regula los Espectáculos Públicos y Actividades de Recreo?
- Según este decreto, “un espectáculo público es toda función o distracción que se ofrezca públicamente para la diversión o contemplación intelectual y que se dirija a atraer la atención de las personas espectadoras”.
- En contraposición, “una actividad recreativa es el conjunto de operaciones desarrolladas por una persona física o jurídica para ofrecer y procurar al público, de manera aislada o simultáneamente con otra actividad diferente, situaciones de ocio, diversión, esparcimiento o consumición de bebidas y alimentos”.Una fiesta, de toda la vida.
Los accidentes ocurren, pero no todos los grandes eventos están preparados para poder reaccionar a tiempo y, por culpa de esto, ocurren desgracias que podrían haberse evitado con una mejor organización.
¿Qué podemos hacer?
En el colegio, no nos enseñan a sobrevivir
Las personas no están preparadas a reaccionar a amenazas.
Vivimos en un mundo donde no existen más amenaza que mirar la calle antes de cruzar, o la posibilidad de sufrir un accidente aéreo, marítimo o de coche. En consecuencia, poquísimas personas saben cómo reaccionar cuando suceden cierto tipo de accidentes, porque nunca nos han preparado para ello. Sabemos multiplicar, analizar sintácticamente una frase y traducir una frase en inglés… pero no estamos preparados para saber reaccionar ante un incendio, para un terremoto o ante un tsunami.
Se nos olvida que hay cosas mucho más importantes que saber el temario escolar, cosas que, en un futuro, nos puede salvar la vida.
Y, hoy, te las enseñamos nosotros.
Consejos para sobrevivir a accidentes en grandes eventos multitudinarios
Creo necesario dar una serie de pautas para, si te encuentras en un concierto, en un evento o en un acto festivo y, por desgracia, sucede alguna desgracia, sepas cómo has de reaccionar para que haya el menor número de accidentes posible.
Estos consejos son básicos… pero, si los recuerdas bien, tal vez puedan ayudarte en un futuro (aunque la realidad es que espero que nunca llegues a utilizarlos).
1. Ante todo, mantén la calma. Te sorprendería saber que la mayoría de los accidentes en este tipo de eventos ocurren porque cunde el pánico: hay gritos, carreras y pisotones y, en consecuencia, no se presta atención a nada de lo que te rodea. El temple es, literalmente, tener la capacidad emocional de sentir y compadecerse por otro, consciente de que estás en una situación complicada… pero manteniendo tu entereza, tu actitud de fortaleza y una enorme solidez de carácter. En otras palabras: no entrar en histeria y mantener la calma.
Puede que tampoco sepas esto, pero también se sabe de buena mano (gracias a estudios) que, cuando mantienes la calma y no te dejas llevar por el pánico, tu cerebro es capaz de reaccionar mucho mejor a las situaciones de estrés y es capaz de elaborar una respuesta al problema que nos acomete. Es decir, es más probable que sepas reaccionar de la forma adecuada si mantienes la calma que si entras en pánico.
De hecho, el Gobierno pone a nuestra disposición una serie de recomendaciones y actuaciones ante grandes catástrofes naturales que serían interesantes de conocer.
2. Sigue los planes de evacuación. Los eventos han de estar preparados por ley. Antonio Camacho – Arquitecto, nos advierte que “las condiciones de seguridad deben ser siempre lo primero a la hora de organizar espectáculos y eventos en grandes salas o en espacios abiertos”. Añade, además, que “si el aforo del espectáculo supera las 500 personas en espacios cerrados a las 1000 en espacios abiertos, necesitas tener un buen plan de autoprotección donde analizar las posibles situaciones de emergencia y adoptar las medidas necesarias en materia de primeros auxilios, lucha contra incendios y evacuación de los trabajadores”.
Un evento correctamente preparado va a tener las condiciones necesarias para que expertos en protección, seguridad y sanidad puedan hacerse cargo de las personas que han acudido a la festividad. Por lo tanto, una vez has conseguido mantener la calma (y has conseguido que los que te rodean la mantengan también), es importantísimo seguir las medidas que te comenten los de seguridad, los enfermeros y las personas preparadas para este tipo de emergencias, tales como bomberos o policías.
3. Si compruebas que tú o una persona de tu entorno ha resultado herido, llévala a que reciba atención médica cuanto antes. Esto no quiere decir que tengas que esperar a que ocurre un gran accidente (que se caiga un muro, que se caigan las luces o que se abra el suelo) para llevar a una persona a la enfermería habilitada para ello. Quiere decir que, si en mitad de una festividad, de un concierto, de una conferencia o, incluso, paseando por la calle, una persona se dobla un pie o se cae y se hace una brecha en la cabeza, por empatía y por su seguridad, has de hacerte cargo de su bienestar y llevarlo de inmediato o al hospital más cercano o al punto sanitario más próximo.
¿Sabes lo que es la omisión de socorro? El artículo 195 de nuestro Código Penal es muy claro al respecto: “El que no socorriere a una persona que se halle desamparada y en peligro manifiesto y grave, cuando pudiere hacerlo sin riesgo propio ni de terceros, será castigado con la pena de multa de tres a doce meses. En las mismas penas incurrirá el que, impedido de prestar socorro, no demande con urgencia auxilio ajeno”. Es decir: ¿presencias un accidente o una lesión y, en lugar de ayudarla o avisar, prefieres callarte la boca y seguir a lo tuyo? Ten cuidado, es delito y conlleva cárcel.
4. Otra cosa importante en un accidente de gran calibre es no separarte del grupo. Es muy sencillo que, en una gran masa asustada e histérica, las personas no sean capaces de reaccionar como es debido. Su cerebro no responde, se ha quedado paralizado ante el peligro que les acecha y actúan como robots, dejándose llevar por el pánico y por el miedo a que les pase algo malo. Con personas que están en este estado, no es, en absoluto, posible razonar. En consecuencia, es altamente probable que estas personas, en un instante de miedo, se separen del grupo sin darse cuenta y acaben completamente solos y aislados en un entorno peligroso.
Si has sido capaz de mantener el temple y la calma en una situación así, deberías hacerte cargo de que las personas se mantengan unidas… o, por lo menos, avisar a los miembros de seguridad y de evacuación si alguna persona se ha alejado del gripo. No vayas en su busca, porque puedes ponerte en peligro, pero avisa de inmediato a una persona cualificada para que vaya en su busca y la ponga a salvo.
5. No hagas fotos, no hagas videos, no hables por WhatsApp… y avisa a los equipos de emergencia cuanto antes. ¿Cuántas veces hemos sido testigos de cómo una persona, en un accidente de tráfico, sacaba su móvil para hacer fotos? Aparte de insensible, resulta totalmente fuera de lugar. Hoy en día las personas están tan acostumbradas a utilizar su móvil para fotografiarlo todo, subirlo todo a las redes sociales o llamar para contar algún cotilleo. Por eso, no es de extrañar que, en estas situaciones, las personas quieran hacer uso de los móviles para lo mismo.
Esto es un grave error que los puede poner en peligro. Primero, porque lo primordial es avisar a los servicios de emergencia (policías, bomberos, ambulancias…). Y, segundo, porque un segundo de distracción en el momento equivocado puede llevarte a sufrir un accidente que, con la atención adecuada, podrías haber evitado. ¡Presta atención y deja el móvil en el bolsillo si no es para avisar!
6. Por último, localiza siempre las salidas antes de entrar en cualquier evento. Y, si puedes, sal cinco minutos antes de que este finalice para evitar las grandes aglomeraciones, que son factores clave en los accidentes por pisotones. No pasa nada malo por perderte cinco minutos de festival con tal de quitarte de en medio antes, es hasta altamente recomendable.
Esto sin contar, además, con que, si has sido capaz de mantener tu calma y la del grupo, si los mantienes unidos y a salvo y sabes dónde están las salidas, puedes encaminar al grupo hacia las salidas más cercanas y ponerlos a salvo.
Son pequeños consejos que, en apariencia, parecen muy básicos… pero que, en un futuro, podrían llegar a salvar tu vida de algún accidente infortunado. ¡Recuérdalos!