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Marketing: la disciplina más importante de nuestro tiempo.

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La publicidad se ha convertido en la disciplina más importante y más necesaria de nuestro tiempo, pues se ha consolidado como la ciencia de la información y retórica de la comunicación que todos y cada uno de nosotros recibimos y manejamos a mayor o menor escala en nuestro día a día. Esta realidad no es ajena a las empresas sino, muy al contrario, fruto de las mismas. Esta ciencia se ha propagado a todos los ámbitos de nuestra cotidianidad de tal manera que somos bombardeados de manera constante por campañas publicitarias y nosotros mismos emprendemos las nuestras propias en redes sociales.

Facebook, Instagram o Snapchat son solo algunos ejemplos de las redes sociales cuyas plataformas manejamos para publicar nuestra vida ejerciendo en la mayoría de las ocasiones, el papel de publicistas de nuestra imagen, que vendemos a nuestros seguidores quienes, desde hace ya algún tiempo, son también consumidores del producto que comerciamos: nosotros mismos. Plataformas como 21 Buttons hacen esto posible, nuestros seguidores solamente tendrán que clicar en la pantalla para saber qué prenda llevamos, dónde pueden comprarla y a qué precio. La ubicación a la que permitimos conectar con nuestro dispositivo móvil en todo momento, permite a nuestros seguidores saber también dónde almorzamos, con quién y el qué, pues con nuestras fotos a los platos publicitamos sin darnos cuenta el restaurante al que hemos acudido y el plato que nos hemos pedido.

Los especialistas en publicidad y retórica de la comunicación conocen la principal táctica para atraer la atención de un posible comprador o consumidor del producto con el que trabajan, y es apelar a los instintos más bajos del ser humano. Hablo de que lo que más vende es generar en el posible cliente la certeza de que adquiriendo su producto va a convertirse en una persona envidiada por los demás. Si prestamos atención a los anuncios de los automóviles, siempre hay personas en la carretera o en las aceras al lado del coche anunciado para detenerse y dejar lo que están haciendo en ese momento para admirar el automóvil y también mirar con celos y envidia a su conductor.

Otro sentimiento al que apelan los publicistas es al de la vergüenza que supondría para el receptor ante los de su comunidad no adquirir el producto recomendado en el anuncio, como sucede, por ejemplo, con los anuncios de detergente. El sentimiento al que más apelan los publicistas en los jóvenes, sobre todo en los varones, es el de ser deseado sexualmente, como vemos por ejemplo, en los anuncios del desodorante Axe. Estas y muchas otras estrategias han funcionado y siguen funcionando con nosotros. Por ello, quizás de manera inconsciente, las empleamos de igual manera en nuestras redes sociales. Sea como fuere, lo cierto es que hemos aprendido técnicas de publicidad y marketing digital sin apenas darnos cuenta. Nos hemos convertido dentro de nuestras redes en modelos de marcas, en periodistas que escriben artículos de opinión y en fotógrafos capaces de captar un paisaje o un retrato y aplicar el perfecto filtro para conseguir la foto perfecta. Nos hemos convertido, en fin, en personas capaces de asumir la campaña publicitaria de nuestra propia imagen y nuestra propia vida.

LAS CONSULTORAS DE MARKETING SON LAS MÁS RENTABLES Y SOLICITADAS PARA DAR A CONOCER EL PRODUCTO DE LAS EMPRESAS.

La empresas, conscientes y responsables de todo esto, están cada vez más implicadas en sus campañas de publicidad, invirtiendo la mayor parte de su capital en el departamento de marketing y comunicación pues, si este campo tiene una desventaja es su constante obsolescencia y necesidad de cambio e innovación. Es abrumadora la velocidada a la que se transforma el discurso publicitario para resultar siempre sorprendente e innovador pues lo cierto es que, estamos tan acostumbrados a recibir todo tipo de publicidad, que en muchas ocasiones pasa ante nuestros ojos sin siquiera percatarnos y, cuando nos percatamos, en un brevísimo espacio de tiempo, estamos recibiendo la publicidad de otro producto, lo que convierte en imperiosa la necesidad de resultar original ante el espectador con la intención de que quede grabado en su memoria. Como vemos, no es tarea fácil y cada vez resulta más complicada la realización de una campaña a la altura de este mundo discursivo de publicidad en el que nos manejamos, pero al mismo tiempo, existen mucha más cantidad de medios al alcance de los departamentos de marketing y comunicación para llevar a cabo sus encargos de campañas publicitarias y que sigan resultando singulares y sorprendentes, ya sea por la creación de nuevas redes sociales o por nuestra irrefrenable adquisición de dispositivos electrónicos, cuyas plataformas siempre contienen anuncios pagados por estos departamentos que nos llegan sin cesar.

Existen también pequeñas empresas o sociedades más tradicionales que desean continuar ejerciendo su trabajo sin tener que preocuparse por estos encargos, tan costosos en tiempo y dedicación o que no les compensa abrir un departamento de estas características por los costes en contratación de personal y material que supone un proyecto de tal envergadura. Por ello, existen también empresas dedicadas exclusivamente a recibir encargos de estas compañías que deciden relegar la tarea de la publicidad a alguien experto y con experiencia, que esté al tanto de las últimas tendencias y de la manera más eficaz de hacer llegar al consumidor el anuncio de su empresa.

El ejemplo más claro de las empresas que no disponen de un departamento de publicidad y comunicación son los pequeños hoteles y albergues, anunciados mayoritariamente en una página web propia y que algunas veces aparecen en las webs de comparación de precios pero que no son conocidos por el público a no ser que sea por recomendación de otra persona conocida que ya se haya hospedado allí y que nos lo recomiende personalmente. Aunque este sistema tradicional resulte fiable, pues confiaremos en el criterio de la persona que nos recomienda nuestra asistencia y alojamiento en estos hospedajes, no está a la altura del discurso publicitario que recibimos de los grandes hoteles a través de los anuncios. Desde hace algún tiempo y atendiendo a esta necesidad, algunas consultoras especialistas en publicidad de hoteles y otros alojamientos como hotel-up, se encargan de que estas PyMEs fortalezcan su posición en el mercado y aumenten su rentabilidad apareciendo en más espacios publicitarios, convirtiéndolos en alojamientos capaces de competir con las grandes marcas ya conocidas por todos, resultando así espacios singulares en los que nunca hemos estado, un producto original y deseable al público.

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