Todos sabemos que el tomate, pese a que se le considera como una verdura por sus muchos usos en la cocina, no deja de ser una fruta que pertenece a la familia Solanácea, lo mismo que sucede con el pimiento o las patatas. Esto hace que pueda considerarse como una hortaliza o fruta al contar con más azúcares de carácter simple que lo que ocurre con otro tipo de verduras que le dan ese sabor dulce.
Hay que tener en cuenta que el consumo del tomate es una fuente saludable, donde destacan sus muchos nutrientes, los beneficios y las propiedades que en buena medida aportan a nuestra salud.
Vamos a ver algunas de ellas:
Las vitaminas
En ellas destacamos la vitamina A, que la podemos encontrar entre muchas funciones biológicas como la formación cutánea, mucosas, huesos, el sistema de reproducción o incluso los pigmentos de la vista. Podemos añadir la vitamina B1 y B3, las cuales participan en el óptimo funcionamiento, la vitamina C, la cual podemos ver como interviene a la hora de formarse el colágeno, huesos, dientes, etc. No olvidemos que con consumir 100 gramos de tomate llega a aportar el 21% de los niveles que se recomiendan.
Antioxidantes
También es una fuente importante, pues tiene una sustancia como es el licopeno, que a la vez que otros compuestos lo que hace es proteger otras funciones del organismo frente a los procesos oxidativos que terminan causando el envejecimiento de las células, además de ser un anticancerígeno de lo más potente, pues el alto nivel de licopeno lo podemos ver plasmado en una menos aparición de cánceres.
El aporte que tiene en cuenta a betacarotenos o fitosteroles lo que hace es reducir los niveles de colesterol en la sangre, pues termina por inhibir de manera parcial la absorción del colesterol en el intestino, donde tiene un efecto de protección sobre la capa interior de los vasos sanguíneos y ayuda a que se reduzcan los riesgos de coagulación de la sangre y de las enfermedades coronarias.
Minerales
Cuenta con elevados niveles minerales, como el potasio, lo que permite que se transmita y genere el impulso nervioso y pueda evitarse la retención de agua en nuestro cuerpo. Al contar con elevados niveles de potasio y de reducido nivel de socio, es un alimento de lo más diurético, con los buenos beneficios para las personas que tienen gota, ácido úrico o hipertensión.
El elevado contenido que tiene en fibra es importante cuando se quiere efectuar una labor de prevención o mejora del propio tránsito intestinal, pues reduce el estreñimiento, a la vez que se reducen los niveles de colesterol en la sangre y se controlan los niveles de azúcar en la sangre.
Estamos ante un producto que no es muy energético, pues se compone esencialmente de agua y de hidratos de carbono en cantidad reducida, siendo bajo en calorías. Cada 100 gramos de tomate, solo aportamos a nuestro cuerpo unas 20 kcal.
El tomate es una magnífica elección y un ingrediente importante que tenemos que tener siempre presente en nuestro hogar, eso sí, siempre hay tomates de mayor o menor calidad, por lo que siempre hay que optar, como dicen los expertos tomateros de Hida, es marcas que tengan calidad, buenas opiniones de los consumidores y una adecuada relación calidad precio.
Siempre hay que optar por lo natural, especialmente en el campo de la conservación del tomate.
¿Sabes cuándo comenzó a cultivarse el tomate?
Cuando hablamos de este cultivo, tenemos que remontarnos muy atrás a nivel histórico, pues se habla de las civilizaciones anteriores a la Inca del norte peruano. Los hallazgos de carácter arqueológico que se encontraron dejan claro que estas civilizaciones lo que hacían era cultivar y consumir el tomate de forma abundante.
Sobre el 700 a.C. se produjeron vestigios de este cultivo en México, sitio desde el que la España conquistadora la trajo sobre el 1544 llamándose tomate, palabra que viene del azteca “tomatl”, cuyo significado es “fruta hinchada”.
Ahora no se entiende el que en la cocina no esté presente el tomare, pero hubo un tiempo donde no fue así y ya hemos podido ver que hubo que esperar una serie de siglos para que entrara en nuestra alimentación.
Como pertenecía a la familia de las solanáceas o plantas productoras de alcaloides tóxicos, no tenía casi la aprobación de nada, pues se pensaba que era una planta de tipo venenoso, pero lo cierto es que no lo es. De ello actualmente nos beneficiamos los seres humanos, por descontado, así como nuestra salud.