Desde todas aquellas instituciones y gobiernos que han tenido en su mano el poder legislativo en España se ha hecho hincapié siempre en la enorme importancia que tiene un aspecto como lo es la educación para la correcta articulación de nuestra vida en este país. Pero muchas veces, detrás de las palabras ha habido pocos actos. O actos no demasiado inteligentes. Hay que tener cuidado cuando oímos hablar de educación, porque todas las medidas que tienen relación con ella suelen ser muy electoralistas. Y a quienes nos importa de verdad la educación nos interesan los actos, no las palabras.
La clave en lo que tiene que ver con la educación reside en los profesores. De eso quedan, en los momentos en los que nos encontramos, pocas dudas. Es evidente que de su capacidad para enseñar a los alumnos la materia correspondiente, así como normas básicas relacionadas con la ciudadanía, depende nuestra sociedad del futuro. La verdad es que la responsabilidad que esto conlleva es tremenda y que depende, en un gran porcentaje, de los profesores y de todo el trabajo que llevan asociado.
En un país como el nuestro, son muchas las personas que están ligadas de una manera o de otra a la educación. Según un artículo que fue publicado en la página web de la agencia de noticias Europa Press, España tiene más de 8 millones de estudiantes y casi 700.000 profesores solo en enseñanzas que no son universitarias. Solo estos datos revelan la importancia de este tipo de asuntos en nuestro país, unos asuntos que, desde luego, todavía tienen margen de mejora en nuestra sociedad, una sociedad que todavía necesita mejoras en lo que tiene que ver con su formación.
Hay quien es bastante crítico con los profesores que tenemos en España en un momento como en el que nos encontramos. Un artículo que fue publicado en el diario La Vanguardia informaba de que los profesores son menos vocacionales que nunca y que, además, están peor formados. No sabemos a ciencia cierta si esto es una realidad o no, pero la verdad es que nos preocupa el hecho de que pueda ser así. Desde luego, está claro que no lo podemos permitir y que hay que hacer que nuestros profesores sean las personas más preparadas para formar y cargar de valores humanos a nuestros jóvenes.
Una labor como lo es la educación tiene una importancia que es realmente grande en los tiempos que corren, tiempos en los que parece que el entendimiento y el respeto parecen estar perdiéndose de manera paulatina. La solución está en las personas que se dedican a formar a los que vienen por detrás, es decir, en los profesores. Que lleguen a ser profesores las personas que conocen de una manera mucho más cercana este asunto es fundamental y en ese campo es donde juega una importancia tremenda un evento como las oposiciones. Son cada día más las personas que se enfrentar a este tipo de pruebas en nuestro país en función de los datos que ns han sido facilitados por Preparadores Valladolid, una entidad dedicada precisamente a este tipo de asuntos. Formar profesionales, pero ante todo personas, es lo que debemos exigirles a estas entidades y es en lo que ellas se encuentran trabajando.
Un asunto de extrema importancia
La educación es un tema serio que conlleva muchas cuestiones y que hay que tratar con rigor y con respeto. De ella depende el futuro a medio y largo plazo de nuestra sociedad y, por ende, es algo que hay que tomarnos muy en serio. En un país como el nuestro, en el que nadie se pone de acuerdo en lo que tiene que ver con un asunto como este, es difícil encontrar una manera de hacer esto posible. Por suerte, en España contamos con una serie de profesionales que son los que de verdad trabajan en que las personas se formen de la mejor manera posible.
Hay una cosa que es básica para nuestro futuro y es que los profesores cumplan con su trabajo de una manera realmente eficaz. Se trata de una de las profesores de más importancia de nuestra sociedad y de ahí que las oposiciones para la enseñanza sean de una importancia realmente grande. Pero esto no es de ahora, sino que es algo que venimos diciendo desde hace muchos años. Y es que, si no tenemos buenos profesores y profesoras, no tendremos una sociedad moderna ni respetuosa. Así, la convivencia será más difícil.
Hay que empezar a valorar en mayor medida el trabajo que realizan personas como los profesores. Desde luego, la sociedad tiene que mostrar su respaldo a este tipo de profesionales porque, de lo contrario, la calidad humana de nuestra gente se verá disminuida de una manera realmente extraordinaria. Evitar esto es el principal de los propósitos que tenemos que desarrollar de cara a los próximos años. Porque la educación no ha de negociarse. Deben formar parte de ella los y las mejores.