Estas son las intervenciones quirúrgicas más habituales en el aparato digestivo.

Dolor abdominal

El aparato digestivo es una de las áreas más sensibles y problemáticas de nuestro cuerpo. Las enfermedades que le afectan pueden llegar a ser dolorosas, molestas y aparatosas. Vamos a ver en este artículo cuáles son las intervenciones quirúrgicas más habituales que se le practican.

Una de las enfermedades más graves que afectan al aparato digestivo son las úlceras gástricas e intestinales. Se trata de perforaciones que aparecen en el estómago o en el intestino. Hasta hace no mucho tiempo, una persona que sufría una úlcera le acompañaba de por vida. La úlcera le ocasionaba episodios de dolor agudo, intenso y continuado que podían reaparecer en el momento más inoportuno. Hoy, una parte de las úlceras se pueden curar.

La cirugía gastrointestinal ha avanzado considerablemente en los últimos tiempos. Los cirujanos Purificación Calero y Álvaro Martínez Manzano, que dirigen el Centro Quirúrgico Calero y Manzano, una clínica de Cartagena especializada en cirugía general y del aparato digestivo, nos comentan que este avance se ha podido dar gracias al desarrollo de la tecnología aplicada a la sanidad y a un enfoque multidisciplinar de las enfermedades digestivas.

Hoy las intervenciones que se realizan en el aparato digestivo son más precisas y con unas probabilidades de éxito mayores. Estas son las más habituales:

Colecistectomía.

Esta operación consiste en la extirpación de piedras de la vesícula biliar debido a la concentración de cálculos que causan dolor y provocan infecciones.

La Universidad de Navarra afirma que resuelve los síntomas típicos del cólico biliar en el 95% de los casos. Esta intervención se puede realizar por medio de una laparoscopia o de manera abierta.

La laparoscopia consiste en abrir 3 o 4 pequeños orificios en el abdomen del paciente, por el que se introduce una pequeña cámara y el instrumental quirúrgico. Una vez localizada la vesícula, se cortan los vasos que la irrigan y el conducto cístico. Guiados por la cámara, el cirujano extrae los cálculos biliares.

Con esta pequeña intervención, el paciente puede regresar a su casa el mismo día de la operación y reanudar sus actividades cotidianas.

Solo cuando la vesícula biliar está muy inflamada o cuando alberga cálculos de gran tamaño, se procede a una colecistectomía abierta. Esta es una operación que se efectúa con anestesia general y suele durar alrededor de una hora.

Para realizarla se suele efectuar una incisión en la parte derecha del abdomen, debajo de las costillas. En este caso es necesario separar el hígado de la vesícula y cortar el conducto biliar que drena la bilis desde el hígado hasta el intestino delgado. Si ha existido infección, se deja un pequeño tubo plano que se encargará del drenaje durante algunos días después de la operación.

En estos casos sí es necesario efectuar un reposo postoperatorio en la clínica, para asegurar que el paciente se encuentra estable.

La vesícula biliar, en combinación con el hígado, cumple una labor fundamental en la digestión de los alimentos. La vesícula es el almacén de la bilis fabricada por el hígado. Este fluido es necesario para digerir las grasas. La vesícula lo libera cuando los alimentos llegan al estómago y al intestino delgado.

Apendicectomía.

Esta es la operación que se realiza para curar la apendicitis aguda. El apéndice es una pequeña bolsa que se halla al final del intestino grueso. Si esta bolsa se obstruye puede hacer que en la zona se concentren una gran cantidad de bacterias, que se multiplican rápidamente, inflamando el apéndice y haciendo que se llene de pus.

En el momento en el que aparece hay que curarlo rápidamente, ya que existe riesgo de que el apéndice se abra y la infección se propague por todo el abdomen, lo cual puede llegar a ser mortal.

A pesar de su gravedad, se trata de una enfermedad bastante habitual. Se calcula entre un 5 y un 9% de la población de entre 10 y 30 años ha sufrido apendicitis en algún momento. En los primeros estadios de la enfermedad ni tan siquiera es necesario recurrir a una intervención quirúrgica. La infección se puede tratar por medio de antibióticos.

En la actualidad, cuando es necesario operar, se puede proceder a una laparoscopia. Una operación parecida a la que hemos visto con la colecistectomía. Con unas pequeñas incisiones en el abdomen y guiados por una cámara, el cirujano puede extirpar el apéndice, dándole el alta al paciente en poco tiempo.

Algunos síntomas que nos alertan de una posible apendicitis son:

  • Dolor repentino que comienza en el lado derecho inferior del abdomen.
  • Dolor repentino que comienza alrededor del ombligo y se desplaza a la parte inferior derecha del abdomen.
  • Dolor que empeora al toser, caminar o realizar movimientos bruscos.
  • Náuseas y vómitos.
  • Pérdida de apetito.
  • Fiebre baja que suele aumentar a medida que empeora la enfermedad.
  • Estreñimiento o diarrea.
  • Hinchazón abdominal y gases.

Resección intestinal.

Consiste en la extirpación de una parte del intestino grueso o delgado para tratar enfermedades como la Enfermedad de Chron, algunos casos de colitis ulcerosas y cáncer de colon.

La Enfermedad de Chron es una inflamación del intestino que puede provocar dolor abdominal, diarrea, pérdida de peso y malnutrición. Es una enfermedad relativamente grave que a día de hoy no se conoce con certeza su causa, ni tiene cura. Eso sí, no hay que alarmarse. Siguiendo las instrucciones del estomatólogo, una persona con esta enfermedad tiene la misma esperanza de vida que una que no la sufra. Se procede a la resección intestinal cuando la enfermedad provoca una obstrucción en el intestino o produce úlceras abiertas.

La colitis es otra enfermedad inflamatoria del intestino que afecta a la membrana que recubre el colon (intestino grueso) y el ano. Sus síntomas suelen ser dolor abdominal y diarrea con sangre. Puede aparecer a cualquier edad, pero lo más frecuente es que comience entre los 15 y los 30 años.

Por lo general, esta enfermedad puede controlarse con medicamentos. Algunas personas viven largos periodos de remisión en los que los síntomas desaparecen. Aproximadamente la mitad de los enfermos que padecen esta enfermedad suelen tener colitis ulcerativa con síntomas leves con crisis puntuales, por lo que es una enfermedad llevadera. Se recurre a la intervención quirúrgica solo en los casos más severos.

Bypass gástrico.

Esta es una cirugía que se utiliza para bajar peso rápidamente. Se crea un pequeño estómago artificial y una nueva ruta de desviación de los alimentos digeridos, en la que se llegan a puentear hasta 2 metros de intestino delgado, evitando el duodeno, con lo que se absorben menos calorías.

En la boca del estómago se crea un pequeño estómago artificial. El estómago natural, el nuestro, sigue emitiendo jugos gástricos que ayudan a digerir los alimentos, pero la digestión en sí, ya no se realiza en él, sino en el neo-estómago, considerablemente más pequeño, lo cual contribuye a alcanzar antes la sensación de saciedad.

Por otro lado, se crea un conducto que conecta el estómago artificial con la parte central del intestino delgado. Eludiendo el tracto intestinal en el primer segmento del intestino, donde se produce la mayor parte de absorción de calorías y nutrientes de los alimentos.

El bypass gástrico se realiza mediante intervención quirúrgica y sus efectos son duraderos, prácticamente de por vida. El periódico argentino Clarín lo diferencia, en un artículo, de otros procedimientos similares como el balón gástrico.

El balón, en realidad es una bolsa que se instala dentro del estómago y una vez ubicada, se rellena de una solución salina, reduciendo considerablemente el tamaño del órgano y creando una sensación de saciedad con un menor consumo de comida.

El balón gástrico se instala de forma ambulatoria. No es necesario realizar ninguna operación. Otra de sus características, es que debido a los efectos abrasivos de los jugos gástricos, solo puede permanecer en el interior del estómago entre 6 meses y 1 año. Por lo que sus efectos no son definitivos.

Otra de las operaciones que se suelen realizar para favorecer la pérdida de peso es la manga gástrica. Consiste en una reducción del estómago propiciando que la sensación de saciedad se alcance antes.

Hernioplastia.

Por último, otra de las intervenciones quirúrgicas habituales para tratar problemas relacionados con el aparato digestivo son las hernioplastias. Con ella se tratan las hernias abdominales, inguales y umbilicales.

Una hernia es una rotura del tejido muscular que provoca un desplazamiento de una parte del intestino, quedando atrapado entre los músculos del abdomen o de la ingle. Este trastorno ocasiona un dolor severo, un abultamiento de la ingle, el ombligo o el abdomen y puede generar complicaciones graves.

La operación consiste en resituar el intestino en su lugar habitual y colocar una malla de un material biocompatible para favorecer la recuperación rápida de la hernia e impedir que se vuelva a reproducir.

Esta operación se realiza con anestesia general y como sucede con otras operaciones del aparato digestivo, se puede efectuar mediante laparoscopia.

Como hemos podido apreciar, las operaciones quirúrgicas en el aparato digestivo son bastante frecuentes. Gracias al desarrollo de la tecnología, la mayoría de ellas se realizan con métodos cada vez menos invasivos.

 

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