Descubre la mejor manera de preparar a tus hijos para su primera visita al dentista.

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Ir al dentista es algo que puede intimidar a cualquiera, tanto a adultos como a niños. Sin embargo, a pesar de que los adultos pueden sentir fobia por ir al dentista y lo pueden pasar bastante mal, lo cierto es que los adultos suelen poder llevarlo mucho mejor que los niños a través del autocontrol y la información del tratamiento; en cambio, los niños no comienzan a desarrollar su control emocional hasta los 6 años, e incluso durante esa etapa necesitan mucha ayuda de los adultos para aprender a controlar sus emociones.

Entonces ¿Qué ocurre cuando un niño debe afrontar su primera visita al dentista? Lo más corriente, es que los niños relacionen el dentista con el dolor por muchos factores, aunque no lo hayan experimentado, y por ello es importante tratar este tema lo antes posible.

Problemas emocionales que presenta un niño a la hora de ir al dentista.

Como acabamos de mencionar, cuando un niño se enfrenta a su primera visita al dentista, puede experimentar una serie de problemas emocionales que afectan su actitud y comportamiento, como los siguientes:

  1. Miedo y ansiedad.

Uno de los problemas emocionales más comunes que los niños enfrentan al ir al dentista es el miedo y la ansiedad: este temor puede originarse a raíz de diversas fuentes, como historias contadas por otros niños o adultos, o simplemente por el miedo a lo desconocido. Asimismo, la consulta con el dentista también le puede parecer intimidante a causa de otros factores como los sonidos de los instrumentos, la presencia de agujas y la percepción de posibles dolores.

El menor puede manifestar su ansiedad a través de la sudoración, las palpitaciones, el llanto o la resistencia evidente a la hora de entrar en la clínica dental.

  1. Sensación de vulnerabilidad.

Los niños a menudo se sienten vulnerables y fuera de control en la silla del dentista, ya que el hecho de tener que estar quietos para permitir que alguien trabaje en su boca puede ser una experiencia totalmente desconcertante.

Esta sensación de vulnerabilidad se agrava en niños que no soportan el contacto físico o niños que presentan dificultades a la hora de seguir instrucciones, como los niños con autismo o los niños con TDAH.

  1. Falta de comprensión hacia el problema.

Muchos niños presentan dificultades para poder entender la importancia de la atención dental y por qué necesitan someterse a procedimientos que pueden ser incómodos o dolorosos. Esta falta de comprensión puede llevar a sentimientos de frustración y confusión.

Entonces ¿Cómo podemos lograr que nuestro hijo se sienta mejor durante su primera visita?

Para lograr que nuestro hijo se sienta mejor durante su primera visita al dentista, es fundamental prepararlo adecuadamente y asegurarse de que la experiencia sea lo más positiva y libre de estrés posible.

Lo primero que debemos hacer, es hablar en casa del dentista abiertamente y con normalidad, siempre desde una perspectiva positiva y evitando palabras que puedan asustarlo, como «dolor» o «inyección». En su lugar, debemos explicarle que el dentista es un amigo que ayuda a mantener sus dientes sanos y fuertes.

Para ello puedes usar libros ilustrados y videos diseñados para niños que expliquen qué deben esperar durante su primera visita al dentista, lo cual le ayudará a desmitificar la experiencia. Asimismo, también podemos hacer que nuestro hijo se sienta mejor a través del juego, jugando a los dentistas.

Por otra parte, elegir el dentista adecuado es crucial. Lo más importante, como bien nos recuerdan los profesionales de la clínica dental CIO Arturo Soria, es optar por un experto en odontopediatría o un dentista pediátrico, ya que estos profesionales están preparados para tratar a los niños y suelen tener consultas amigables y atractivas para ellos (sobre todo en casos de autismo, TDAH y otros trastornos). En este contexto, te recomendamos hacer una visita previa a la clínica para que tu hijo pueda familiarizarse con el entorno sin la presión de abordar una consulta para él. Llegar unos minutos antes a la cita también puede darle tiempo a adaptarse al nuevo lugar sin sentirse agobiado.  Para acabar, podemos ayudarle a sentirse mejor llevando con él un peluche o juguete que le haga sentir mejor, para que se sienta más seguro durante la consulta.

Después de la visita, debemos hablar con nuestro hijo sobre lo que ocurrió y cómo se sintió; es importante reforzar cualquier experiencia positiva y abordar cualquier miedo o preocupación que pueda tener antes de la segunda visita. A raíz de esta experiencia, nos enfocaremos más en que nuestro hijo siga una rutina de cuidado dental en casa que sea positiva además de divertida, para conseguir que nuestro hijo asocie el cuidado de sus dientes con experiencias agradables.

En resumen: la clave para preparar a nuestros hijos para su primera visita al dentista consiste en hablar abiertamente y de forma positiva sobre el tema en casa, acudir a un especialista en odontopediatría, familiarizar a nuestro hijo con la clínica, permitir que nuestro hijo se sienta seguro (con un objeto de su infancia, por ejemplo) y en no abandonar el hecho de hacer un seguimiento de prácticas saludables de higiene dental en casa para así poder preparar la segunda visita del menor lo mejor posible.

Y recuerda:

  • La ansiedad se trata con información y comprensión. Las técnicas de relajación también ayudan.
  • La vulnerabilidad se trata con apoyo y fortaleza por parte de los padres. También puede tratarse intentando relacionar la experiencia con experiencias positivas y divertidas, para utilizar la risa como escudo contra el miedo.
  • La falta de comprensión hacia el problema se trata con información. Siempre y cuando seamos capaces de enseñar a nuestros hijos las consecuencias positivas de tener una buena higiene bucal, podremos lograr una buena comprensión hacia el problema por su parte.

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