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Autoconsumo eléctrico

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Se habla de que grandes empresas como Iberdrola están construyendo gigantes parques de placas fotovoltaicas para conseguir energía solar, es decir, electricidad ecológica para abastecer a todos sus clientes. Sin embargo, también hay estudios que aseguran que para ofrecer electricidad a todo el planeta, a través de placas fotovoltaicas, tendríamos que construir parques tan inmensos que acabaríamos deforestando medio planeta para conseguirlo y al final sería totalmente contraproducente. Así pues ¿qué hacemos?

Está claro que hablamos solo de teorías porque la realidad es que queda aún muy lejos la posibilidad de conseguir energía solar para todo el mundo, demasiado lejos diría yo teniendo en cuenta la situación actual del cambio climático, aunque lógicamente no es solo la electricidad lo único que afecta.

Debido a esto, hay quien asegura que el autoconsumo eléctrico es la solución al problema. Según estos científicos teóricos (y sigo recalcando lo de teóricos), la solución a todo esto pasa porque cada edificio, ya sea una comunidad vecinal, una urbanización o una vivienda unifamiliar, tenga su propia instalación de placas fotovoltaicas para autoconsumo. Pero esto es muy ideal y muy poco factible ahora mismo.

Según Eficiencia V, reconocida empresa del sector, “la energía fotovoltaica es actualmente una de las principales fuentes de desarrollo y avance hacia una sociedad sostenible. El objetivo es conseguir la máxima cota de ahorro en consumos con una inversión responsable. Por eso, en el autoconsumo se cuenta con paneles, inversores y medidores, pero el uso de baterías es opcional según la facturación eléctrica de cada vivienda. Y es que el sistema de autoconsumo fotovoltaico es ideal tanto para uso doméstico como industrial, por lo que sería el mejor método tanto para ahorrar en economía como en contaminación medioambiental”.

Una realidad ¿rentable?

Ahora bien, el problema aquí radica en que no todos tenemos la posibilidad de hacer este tipo de instalación en nuestros hogares y por eso seguimos dependiendo de empresas que nos provean de la energía necesaria para mantener nuestra calidad de vida.

Según García Guirado, otra de las empresas más reconocidas del sector, este tipo de instalación sale rentable pues el gasto inicial se acaba cubriendo en muy pocos años y desde ese momento el ahorro económico empieza a hacerse patente. Si a eso le sumamos la idea de que desde el primer minuto en el que empezamos a abastecernos de energía solar dejamos de consumir energía contaminante, todo parece ser beneficioso pero la realidad es que ese primer desembolso de dinero que debemos hacer para conseguir la instalación fotovoltaica para autoconsumo no es algo que todas las familias tengan al alcance.

No se trata, por tanto, de si merece la pena porque la respuesta, en todos los casos, es sí. Se trata de si podemos o no permitirnos esa instalación económicamente hablando.

Por eso, muchos de esos mismos teóricos que apuestan por el autoconsumo ponen el ojo en los Gobiernos, pues aseguran que deben ser ellos quienes mediante subvenciones y ayudas consigan que, poco a poco, todas las viviendas acaben teniendo un sistema propio de abastecimiento de energía renovable. Ahora bien, ¿esto sería posible o más bien descabellado? Pues sea o no sea posible, la realidad es que no interesa porque son las empresas eléctricas tradicionales las que aportan miles de euros a cada país, en base a impuestos y otros cobros, y eso sin contar con que una gran cantidad de políticos tienen cierta colaboración con este tipo de empresas. Conclusión, por ahora no es viable porque tampoco interesa que lo sea.

Vehículos eléctricos

Del mismo modo nos topamos con el tema de los vehículos eléctricos, unos vehículos que conseguirían bajar notablemente el CO2 en la capa de ozono si todos los usáramos, dejando de lado los vehículos a gasolina y diésel como mínimo, peor también los híbridos. Según la empresa madrileña e-recarga, la instalación de un punto de recarga particular en garajes privados, o para uso público, no es costoso y sería viable en la mayoría de los casos, el problema en cuanto a medio ambiente radica en otro lado: la procedencia de esa electricidad.

Si bien es verdad que ya de por sí los vehículos eléctricos son la mejor baza para acabar con la contaminación del parque automovilístico mundial, lo que sí sería contaminación prácticamente 0 sería garantizar un parque automovilístico eléctrico cuya energía se creara mediante métodos renovables, algo que hoy por hoy no es posible. Dicho de otro modo, vehículos eléctricos sí, pero sobre todo si se cargan con energía renovable. Y de nuevo volvemos al principio de este artículo en una especie de círculo vicioso que por ahora no parece que vaya a tener final.

¿Quién tiene la solución a este problema? Pues se aceptan opiniones.

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