La investigación ‘¿Afecta al rendimiento académico saltarse el desayuno?’ realizada por la Universidad de Valencia (UV) ha comprobado que el desayuno es clave para mejorar el rendimiento académico de los estudiantes.
Un dato muy curioso es que los alumnos que desayunan antes de ir al colegio obtienen puntuaciones más altas en matemáticas y ciencias.
«En base a estos resultados, consideramos que sería recomendable desarrollar políticas dirigidas a incentivar a los adolescentes a desayunar, tales como programas de desayunos escolares o políticas de concienciación en redes sociales, para aprovechar todos los beneficios que conlleva el hábito de desayunar, incluyendo las ventajas a nivel académico demostradas en esta investigación», dicen los autores del estudio.
Los investigadores realizaron encuestas para saber si los estudiantes desayunaban antes de ir al colegio. Los resultados muestran que en Austria, Eslovenia y Singapur, alrededor del 35% de los estudiantes encuestados indicaron que no desayunaban.
Sin embargo, en China, Portugal o Japón, solo el 10% sale de casa con el estómago vacío. En España, este porcentaje se sitúa en el 15,42%.
«Nuestro estudio es el primero que utiliza evaluaciones internacionales (datos de PISA) para medir la relación entre el desayuno y el rendimiento académico», explican los investigadores.
«Además, es novedosa porque se centra en el análisis del conjunto de países de la OCDE que participan en PISA 2015. Hasta la fecha, los estudios anteriores que han analizado esta relación se han basado en contextos muy particulares de regiones específicas, lo que en muchos casos limita la validez de los resultados. Nuestra investigación pretende superar estas limitaciones al disponer de un gran número de observaciones y poder evaluar diferentes regiones y países», añaden.
Desde La Vanguardia informan que los niños pueden desayunar: yogur natural con miel, cereales integrales, frutas, pan artesano, bizcocho casero, una tortilla francesa, queso fresco, una rebanada con aceite, frutos secos crudos o un bocadillo.
¿Por qué es importante la gamificación?
La gamificación consiste en el desarrollo de actividades de juego. Los expertos explican que también se puede aplicar en clases de idiomas, ya que aumenta la motivación del niño y mejora su rendimiento.
“Es una estrategia muy efectiva para motivar a los estudiantes y convertir proceso de aprendizaje en algo entretenido y significativo”, comenta Inés Ruiz, licenciada en Traducción e Interpretación.
“El primer paso para incorporarla en las clases es definir bien los objetivos de aprendizaje. Por ejemplo, reforzar el vocabulario, practicar la expresión oral o fomentar la colaboración entre los alumnos”, dice la experta.
En la gamificación no pueden faltar los desafíos y las recompensas. El objetivo es crear un entorno de aprendizaje divertido y estimulante para captar el interés de los alumnos.
La gamificación permite adaptar las actividades a las necesidades de cada estudiante, por lo que atienden a sus fortalezas y debilidades.
Diferentes estilos de aprendizaje
Cada niño tiene un estilo de aprendizaje, no hay un estilo correcto o incorrecto. Debes saber que hay siete estilos de aprendizaje: visual, auditivo, verbal, físico, lógico (matemático), social y solitario.
Desde Centro Psicopedagógico Cristina Hormigos, expertos en intervención y reeducación psicopedagógica individualizada, explican que hay niños que aprenden visualmente, es decir, que aprenden mejor al ver cómo funcionan las cosas. Sin embargo, hay otros niños que aprenden mejor escuchando las cosas que se les explican.
También es importante la organización para mejorar el rendimiento académico, así que ayuda a tu hijo a organizar sus libros, libretas y tareas. El niño se sentirá menos abrumado y más motivado para aprender.
Deberes en casa
Un estudio de la Universidad Autónoma de Madrid informa que encargar deberes mejora el rendimiento escolar si son corregidos en la clase.
«Las tareas para casa constituyen una útil herramienta para incrementar las oportunidades de aprendizaje de los estudiantes. Además, es un excelente mecanismo para potenciar la colaboración entre la familia y la escuela, y construir entre ambas una cultura educativa común. Pese a ello, el estudio muestra que aún el 25,2% de los docentes decide no ponerlas», dicen los autores del estudio, F. Javier Murillo y Cynthia Martínez-Garrido.
La efectividad de los deberes se consigue, según los investigadores «si se verifica su realización y, especialmente, si son corregidas y se da la información sobre el resultado, los aciertos obtenidos y los errores a mejorar por los estudiantes. Es decir, la clave está en que las tareas para casa se incorporen en la dinámica del aula de forma habitual, como un elemento más».
Hacer deporte
Los expertos explican que es muy importante la práctica deportiva regular y el seguimiento de una dieta sana. La actividad física mejora la concentración, la atención, la memoria y el rendimiento académico.